Como decía Groucho Marx: “El matrimonio es la principal causa del divorcio”; dentro de la ironía que esconde la propia frase, pone de manifiesto una verdad, y es que cuando se habla de separación o divorcio legal, se hace referencia a las parejas que se han casado. Quedan fuera todas las relaciones de pareja que no han formalizado su unión mediante el vínculo matrimonial.

diferencias entre una separación y un divorcio
Una de las primeras preguntas que nos realiza una pareja; cuando han perdido su affectio maritalis y ya no quieren seguir unidos como tal, es si les conviene la separación o divorcio, y la diferencia que hay entre una y otra.

Antes de abordar la diferencia de cada figura, conviene eliminar del imaginario colectivo la idea (provocada por ser así en épocas pasadas) que primero se tiene que separar una pareja y luego divorciarse. Desde la reforma del Código civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 2.005, no se hace necesario, y los matrimonios pueden decidir libremente si quieren separarse o bien divorciarse.

¿Que implica una separación?

Se entiende que cuando se habla de separación, abordamos la figura de la separación legal.

Para que una separación de una pareja tenga efectos legales, requiere una declaración mediante sentencia judicial o bien escritura notarial; cosa que no sucede con una separación de hecho, en la que solo se produce un cese de la convivencia de los cónyuges pero no se producen efectos legales.

Así pues, la separación legal; conlleva la suspensión temporal de los deberes y obligaciones conyugales: convivencia, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente.

¿Que implica un divorcio?

El divorcio implica la disolución o extinción definitiva del matrimonio.

Seguramente la diferencia básica, y la que hace que muchas parejas se decidan por una figura o bien la otra, es el sentimiento de que la ruptura sea definitiva; o bien si existe la posibilidad de reconciliación. Con la separación, el vínculo matrimonial sigue existiendo, y ello significa que, en el caso de reconciliación de la pareja, será suficiente con comunicarlo ante el Juzgado. Los efectos que haya tenido la separación desaparecen y se reanuda el matrimonio.

Por el contrario, si una pareja se divorcia y con posterioridad se reconcilia y quieren volver a ser un matrimonio, deberán contraer matrimonio de nuevo. Asimismo, en la separación; los cónyuges siguen estando casados, por lo que no pueden contraer nuevo matrimonio con una tercera persona. Para ello deberán divorciarse previamente.

Sin embargo existen efectos comunes a ambas figuras: los cónyuges no responden por actos realizados por el otro cónyuge; se extingue el régimen económico matrimonial (sea cual sea); cesan derechos hereditarios; pérdida del derecho a cobrar pensión viudedad; extinción de los poderes otorgados mutuamente por los cónyuges; desaparece el deber de prestar alimentos; se extingue el derecho a reclamar compensaciones o indemnizaciones por el matrimonio.

¿Ya tienes claro si elegir entre separación o divorcio? Para cualquier duda relacionada con el ámbito del derecho de familia, se pueden poner en contacto con nuestro despacho.

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