El asesor laboral de una empresa es aquel profesional capacitado para atender los aspectos laborales de la misma.
En concreto, hay tres ámbitos en los que tradicionalmente un asesor laboral debe ser capaz de ofrecer soporte técnico:
- Relaciones laborales:
- consistente en orientar la gestión ordinaria de la relación entre el empresario y sus trabajadores; y en la confección de toda la documentación necesaria para cumplir con los requisitos de forma y fondo que emanan de nuestro ordenamiento jurídico (nóminas, contratos, finiquitos, etc).
- Seguridad social:
- cumplimiento de las obligaciones legales y de aquellos trámites necesarios que se deben formalizar ante la autoridad laboral, especialmente, la comunicación de altas/bajas de trabajadores,
- el envío de los datos para la cotización social,
- la comunicación de altas/bajas de Incapacidad Temporal o Accidentes de Trabajo,
- el envío de ficheros (en el argot profesional, los CRA), para la detección de los conceptos incluidos en la nómina.
- Así como la ayuda que éste pueda aportar en materia de prestaciones sociales, jubilaciones, incapacidades, subvenciones, etc.
- Jurídico-contencioso:
- asesoramiento y soporte jurídico necesario para la resolución de conflictos derivados de las relaciones laborales, por sanciones, despidos. Ya sea en procedimientos extrajudiciales (negociaciones) o judiciales; y los derivados de la Seguridad social, como recursos e inspecciones.
Contratar un servicio de Asesoramiento Laboral
¿Realmente contratamos a un asesor laboral solamente para que atienda los puntos antes enumerados?
En otras palabras, ¿basta con que un asesor laboral del siglo veintiuno se centre en una actividad reactiva frente a los problemas y circunstancias que surgen en la vida de la empresa? ¿Se trata de un servicio suficiente?
Sin duda, es un servicio útil porque aporta experiencia y ahorro a la empresa. Su externalización es normalmente una necesidad, en aras a la especialización, seguridad y economía que puede reportar.
El papel del Asesor Laboral
En nuestra opinión, los servicios tradicionales no son suficientes; uno de los aspectos fundamentales del papel de un asesor laboral de empresas es precisamente el de ayuda en la mejora de la empresa. Ya sea aportando nuevas ideas que puedan incentivar su crecimiento, la reducción de los gastos, o mejorando los procesos aprovechando de la mejor forma posible sus recursos humanos, contribuyendo a su potenciación y mejora.
Por lo tanto, no se trata solamente de un soporte en la aplicación de la legislación laboral. El impacto de tener o no un buen asesor laboral a nuestro lado puede tener una repercusión directa en la economía del negocio. Será primordial que la parte laboral de nuestra empresa se gestione con eficiencia; ya que a pesar de la digitalización y robotización de los procesos, el factor humano es vital.
La responsabilidad de los empresarios
Los empresarios debemos responsabilizarnos de nuestros negocios y uno de los puntos más importantes para controlarlo de una forma efectiva es una buena gestión del factor humano. Para ello, tener a nuestro lado asesores que nos permitan ir más allá de las formalidades es fundamental. De hecho, recientemente, la Inspección de Trabajo ha emitido un informe anual con las cuestiones en las que se van a centrar en el futuro y, en él, se muestra la preocupación cada vez más palpable que hay por temas más profundos y sustanciales:
- la fundamentación de la causa en los contratos temporales,
- la contratación parcial fraudulenta,
- el registro de jornada,
- la protección de los derechos fundamentales de los trabajadores y la promoción de la igualdad, son algunos ejemplos.
Conclusiones acerca de la figura del Asesor Laboral
Será necesariamente inútil el asesor que no pueda dar respuesta a todas estas cuestiones. Pero no nos engañemos culpándole en el momento en que una inspección se persone en nuestro negocio y no podamos dar respuesta a sus requerimientos; o cuando el factor humano no responde a los retos de la actividad. Como empresarios somos profundamente conscientes del descontrol que puede reinar en algunas partes de nuestro propio negocio. Por otro lado, también, en muchos casos, hay una falta de rigurosidad y compromiso en el modo de trabajar imperante en muchas de las gestorías y asesorías de este país.
En síntesis, si al acabar de leer este artículo tiene usted la efervescente sensación de no tener controlados estos aspectos de su empresa, hágase un favor y cambie de asesor. Recuerde que no solamente basta con tener a nuestro lado a gente cualificada que nos ayude en la gestión diaria, sino a gente que haga que uno se sienta orgulloso de tener cerca, y ello solamente se consigue con demostraciones de profesionalidad, dedicación y un poquito de amor.
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